¡Cuando hemos entrado en el comedor casi nos damos media vuelta pensando que nos habíamos equivocado! Que no es aquí, que esto parece un salón de bodas, mira qué elegancia y colorido… Pero miramos el pasillo, la puerta…pues sí, que parece que es aquí. Tras la sorpresa inicial ocupamos nuestros puestos, un poco moscas todavía. Luego ya nos hemos enterado y es que la Apyma se ha estirado un poco y nos ha cambiado las mesas con bancos, ya un poco gastadicos algunos, y se ha ido de compras a por mesas enormes y sillas de colores para el comedor. Claro, el año pasado cambió las cortinas y se ve que el mobiliario ya no combinaba…
Fuera de bromas, ¡qué gusto comer en este comedor de súper lujo! ¡Y qué alegría ver tanto color! ¡Nos encanta!¡Nos lo quedamos, eh!